Nadar es algo que no se olvida, y más cuando has pasado tantas y tantas tardes dando vueltas en una pecera años atrás. Al principio la sensación es de nadar como un maldito ladrillo: Las piernas te pesan, el cuerpo se te hunde no encuentras apoyo en las brazadas y tienes esa sensación de estar siempre en el mismo sitio. Van pasando los metros largo tras largo y para tu sorpresa es como si cada músculo de tu cuerpo volviera a recordar lo que había que ir haciendo y esa sensación de ir arrastrándote como puedes cambia. Notas que, poco a poco vas recordando los movimientos para encontrar el apoyo en cada brazada como si de una presa se tratara, a deslizarte en cada viraje y alargar cada deslizamiento y la mente se empieza a quedar en blanco al mismo tiempo que dejas de ser un cuerpo tratando de avanzar en el agua a ser parte de ella y fluir a su mismo ritmo de punta a punta de la piscina.
lunes, 8 de abril de 2013
miércoles, 3 de abril de 2013
Cambio de Tercio
Es lo que toca cuando te rompes un maldito hueso que te deja sin poder caminar durante 1 mes. Todo lo previsto de Pirineos y Gredos para los días de Semana Santa y san José se ha ido al carajo por un accidente. Apenas es una fisura en uno de los metacarpos, pero lo suficiente para acabar 15 días escayolado y otros 15 días hasta poder andar medio en condiciones. Así que la libreta con todos los proyectos de montaña junto con el material de invierno ha acabado en fondo del baúl.
Pero como eso de estarse quieto no va conmigo, y para poder guardar algo en el baúl hay que sacar alguna cosilla y a la montaña no se puede subir (de momento) nos quedamos a pie de la costa con la intención de retomar las travesías a nado este verano y ya estoy embarcado otra vez en la travesía de Tabarca-Santa Pola con mucha motivación y poco entreno.
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