martes, 23 de octubre de 2012

20 días después

Ya no puedo más. 20 días de parón obligatorio son demasiados. Estos días el trabajo se ha convertido en poco menos que una cárcel absorbiendo mi vida por completo. Ya básta. Esta noche toca correr de nuevo. Correr como si no hubiera mañana, como si nada importara y solo y exclusivamente por la satisfacción de sentirme de nuevo vivo y libre.
Correr ahora, durante la noche sintiendo el aire frío en mi cara para conseguir la desconexión total de la "realidad" en la que estamos sumergidos: malas noticias de políticos, economistas, las broncas del jefe y los problemas del curro y toda la mierda que nos rodea... En la hora que tardo en recorrer la periferia solitaria del valle, nada de eso importa, simplemente disfrutar de cada zancada escuchando el rítmico latido de mi corazón combinado con la última playlist de Muse y con la única intención de llegar fundido a casa con una sonrisa de oreja a oreja.


2 comentarios:

rosquilleta dijo...

maldita paciencia... Quien la tuviera!!

Pero luego todo sabe mejor.

ánimo

ohdiosa dijo...

No hay nada más reconfortante que correr entre en silencio de la noche. Yo, tengo que reconocer, que este año el deporte me ha salvado de la tristeza más profunda, esa sensación al salir del gimnasio, al terminar una carrera, la claridad mental que hace que veas las cosas de otra forma...es la vida, la vida.